Últimamente escucho a muchas personas decir que han borrado por completo sus redes sociales. Es decir, las han eliminado.
Cuando eliminamos algo lo hacemos porque nos resulta incontrolable y nos viene la falsa ilusión de haber acabado de raíz con el problema.
La cuestión radica en que tarde o temprano algo igual o parecidamente incontrolable se nos pasará delante nuestra y de nuevo no sabremos actuar.
Entonces volvemos a huir o eliminar esa situación llegando a un círculo vicioso donde siempre huimos ante situaciones semejantes por no saber gestionarlas.
Contraria a esta acción se encuentra la gestión inteligente la cual daría paso a un uso menor en cuanto a tiempo de las redes sociales.
¿Entonces es mejor eliminar o gestionar?
Nos podemos encontrar ante situaciones en las que la eliminación es mejor en primer lugar, siempre seguida de una posterior gestión. Pero también hay momentos en los que la gestión inteligente es la primera y única opción.
Cuando es mejor huir primero
Ante situaciones límite en las que algo se vuelve incontrolable es buena idea alejarse (huir o eliminar) hasta que recuperemos la estabilidad emocional que nos permita dar paso a una gestión inteligente progresiva.
En mi caso, cuando estuve enganchado a las redes sociales, decidí eliminarlas para desengancharme por completo y poder pensar con claridad unas semanas.
Después volví a ellas eliminando gran cantidad de personas seguidas que me atiborran a contenido y limitando el tiempo de uso.
Cuando es mejor gestionar
Puede que te encuentres ante un caso parecido al anterior de redes sociales pero consideras no estar en un momento límite.
Entonces no las elimines y procede a una mejor gestión disminuyendo tanto el tiempo de uso como las personas a las que sigues innecesariamente.