El cerebro puede volverse rígido y de ideas firmes. Si algo funciona, no lo cambio. Si algo me gusta, no lo suelto. Lo bueno de esto es que no somos almas cambiantes, saltando de una forma de ser hacia otra (salvo trastorno). Lo malo es que no consideramos que lo que antes funcionaba ahora puede destruirte.
Lo que antes me funcionaba
Recuerdo despertarte y obligar a mi cuerpo a dormir otro poquito más, entumeciéndolo. Aún así, acto seguido tenía un rendimiento del 100%. También, podías entrenar sin calentar y no lesionarte, o salir días seguidos sin tener resaca. Pero lo cierto es que las situaciones cambian.
Lo que ahora me funciona
Prueba a levantarte de forma natural, o más bien dicho cuando tu cuerpo lo hace. Notarás que suele ser al alba. No aguantes la cama como acto de querer vivir. Divisa con una bebida sana el amanecer y actívate de la forma que prefieras: yoga, meditación, andar, gimnasio…
Evita salir todos los fines de semana de fiesta, y haz un viaje a solas o embárcate en ese nuevo proyecto. En resumen, haz más para estar en contacto contigo y con tu ser, sin distracciones.
Resumen: el aprendizaje del NO fanático
No te refugies en el pasado y en las acciones que te llevaban al bienestar. Cuestiona todo lo que hacías y sal de la trampa.
Cambia lo que creas que ya no va en consonancia con tu situación actual. Haz cosas diferentes para llegar a sitios diferentes.
Al igual que no debes idealizar personas, no idealices hábitos. El idealizar algo te hace su fan, y los fans pueden ser fanáticos…