Se puede ejecutar tumbada, sentado, de pie o caminando. En las primeras ocasiones será mejor hacerlo tumbad@s. Empezamos llevando el aire por la nariz hacia la zona más alta del tórax, las clavículas. Después, exhalamos por la nariz. Sentimos como el tórax se ensancha y al exhalar regresa a su posición inicial.
Sus beneficios inciden en:
- Para los alvéolos pulmonares
- Vías respiratorias
- El corazón
- Aumento de energía
- Capacidad de resistencia cuerpo y mente.
Es recomendable practicar este tipo de respiración Yogui durante 5 o 10 minutos.