Las dolencias crónicas están a la orden del día. Son muchas las personas que se acostumbran a vivir con ellas a base de medicamentos. Este fue mi caso no hace mucho tiempo. Sin embargo, hoy puedo decir que estoy recuperado, sabiendo que debo seguir ciertas pautas el resto de mi vida. SE puede decir que es un estilo de vida sano o un tratamiento preventivo de larga duración. La mayoría de las veces vienen provocadas por el estrés y otras veces hemos tenido algún traumatismo y se han quedado de forma permanente. La cuestión es que en ambos casos es muy probable que el diagnóstico correcto sea un dolor psicosomático y nuestra mente lo esté manteniendo. Por desgracias, pocos profesionales suelen tratar la parte emocional en estas afecciones
Personalmente, probé gran cantidad de medicamentos y consejos. Ninguno de ellos parecía funcionar y mi ansiedad y depresión iban en aumento. Esto se debió a constantes mareos y la imposibilidad de existir un día sin dolor. Además, y por si fuera poco, tu cuerpo se hace dependiente a estas medicinas provocando más estrés aún. Han sido casi 10 años de jornadas tediosas y dolores extremados en el cuello, cara y espalda. Pero al fin, tras mucho tiempo y esfuerzo logré descifrar el código que me ayudó a eliminar mis dolencias crónicas. En este conjunto de artículos os contaré lo que me funcionó y lo que no.
CONSEJO
Hay que tener en cuenta que debemos prestar especial atención a los pequeños detalles. Todas las personas que sacan unos estudios están llevando a cabo un gran detalle. Sin embargo, solo la gente que estudia y a la vez tiene buenos hábitos alimenticios tendrá más posibilidades de éxito. Este es un pequeño detalle al igual que madrugar y llegar a tiempo a los sitios.
Lo que no funcionó contra el dolor crónico
Como loco, anduve por España tras muchos profesionales médicos. Probé un sinfín de medicamentos y todos ellos hacían lo mismo. Primero remitían mis dolencias y después estas volvían haciéndome dependiente del medicamento. Era un simple parche que no quitaba la causa real y se volvía un círculo sin final. Fue entonces cuando decidí utilizar la lógica y mi fuerza de voluntad para paliar mi dolor cervical.
Todo empezó con una lesión haciendo deporte. La contractura perduró una semana y decidí ir al médico. Era tan joven que decidí tratar mi lesión con antiinflamatorios y relajantes (uno de ellos fue retirado del mercado por matar personas) y no tener en cuenta otras terapias complementarias. A ningún médico o terapeuta se le ocurrió decirme que podría meditar para relajarme o tener una mejor dieta. Simplemente, pastillas y más pastillas. Ni siquiera me recomendaron sesiones de fisioterapia.
Pasado un mes tomando esos medicamentos, y sin obtener una mejora considerable, decidí ir al fisioterapeuta. Esta vez ya era demasiado tarde, la contractura se cronificó. Después, solo contaré que estuve otros años tomando más medicamentos y yendo a varios médicos. Así, finalmente di con un profesional que afianzó mi idea sobre una lesión psicosomática. En este tiempo me mandó relajantes y me dijo que no me preocupase, todo estaba en mi mente. No había causa física de la dolencia. Entonces se dieron…
Los comienzos de la solución
Fue entonces el momento en el que mi estudio autónomo de este tipo de lesiones psicosomáticas fue en aumento. De esta forma, empecé a investigar sobre diferentes terapias naturales y complementarias que podrían ayudarme. Comencé a estudiarlas y aplicarlas en mi mismo obteniendo mejores resultados, aunque no todo lo buenos que me gustaría. Con el tiempo, más terapias naturales fueron llegando a mi conocimiento. Así fue cuando empecé a reunir un conocimiento holístico que me permitió aplicar un conjunto de terapias naturales con simultaneidad. Por tanto, ya es hora de que os muestre que fue lo que me permitió librarme de mi dolor crónico en la siguiente lista:
- Deporte
- Dieta (Proximamente)
- Masaje (Proximamente)
- Mindfulness (Proximamente)
- Remedios naturales (Proximamente)
- Aromaterapia (Proximamente)
- Seguir el camino correcto (Proximamente)