En ocasiones, nos despertamos pensando en un día rutinario. Nos decimos a nosotros mismos que no ocurrirá nada nuevo y pasaremos el día tirados en el sofá. Sin embargo, cuando aprovechamos una oportunidad, por pequeña que sea, podemos aprender una importante lección, y esta es que cualquier día puede ser maravilloso. Ahora os contaré que ocurrió y como empezó nuestro día significativo …
La noche de antes…
En la noche, aquí por un bar, allá por otro bar, hablando de planes. Al acabar la noche todo era un plan increíble. Íbamos a ir a la playa, todo ello con algunas copas de más, y también íbamos a bañarnos en una mañana de Marzo. Y como no, aparecía la idea de la barbacoa.
Al día siguiente…
Todo era diferente. Te levantas, tienes pereza y el día estaba nublado. ¡Estaban viniendo los síntomas de la depre! Pasaban las horas y las ganas del plan de la noche anterior se iban desmoronando. De repente, empiezas a pensar en la pereza de ir hacia la playa, el mal tiempo y todo toma un color oscuro.
Sin embargo, con un poco de chispa alguien tira del carro y adaptar el plan al día nuboso. No podíamos ir a la playa, pero podíamos ir a una aldea cercana a Linares. Al principio no parecía muy motivador, pero con tal de salir de la rutina al menos en fin de semana decidimos ir a modo plan de última hora. ¡Entonces es cuando empiezas a saborear la vida!
Bar restaurante avenida (Guadalén)
¡Empieza la aventura! Llegamos al bar y el día empieza a despejarse. Las cervezas y vinos parecen tomar un color y textura diferentes. La charla comienza a ser más interesante y el ambiente es inigualable, comiendo en mitad del campo, en una pequeña aldea y rodeados de naturaleza. Así, te das cuenta de que los pequeños placeres de la vida son los mejores, de que los planes de última hora son inigualables y de que siempre se puede ver algo nuevo, incluso en el lugar que llevas todas la vida. Total… que pasado un rato se me ha olvidado echarle una foto a los fantásticos platos del bar y no me queda otra que hacerlo vacíos…
Lo siento por la presentación… pero se me coló. El plato de albóndigas fue de película y lo recomiendo de cualquier manera. El postre fue un flan de chocolate casero. Otra grandísima elección. Pero esto no es todo… luego, con la intención de tener un día significativo, quisimos…
Ver a las vacas
Y queriendo ver a las vacas, tuvimos que ir por carreteras secundarias hasta llegar a LA ISABELA, cerca de Linares también. En el camino todo iba bien, pero gracias a dios decidimos hacer una parada de última hora… ¡como no!. Así, se escucha la voz » vamos al Piélago », un puente romano cercano a la localidad de Guadalén y Linares. En este sitio descansamos y disfrutamos de las vistas que muestro a continuación. Perdón por la foto, no es mi mejor faceta:
Así, pasados unos minutos, decidimos ir de nuevo a por las vacas… y seguimos camino de LA ISABELA. Llegamos y allí estaban, al lado de un sendero. Aparcamos el coche y nos disponemos a entrar en el, a pie, como la gente valiente. El camino y las vacas nos empiezan a gustar y eso nos lleva a seguir andando y andando, de tal forma que nos despistamos y ya habíamos caminado casi 1 hora. Entonces decidimos volver…
Y acabando volvemos a nuestra casa
Después de descansar y tomar aliento junto al pantano decidimos emprender el camino de vuelta por el sendero. Llegados al coche que aparcamos en LA ISABELA, volvemos hacia linares con unas fantásticas vistas:
Por ello debemos de tener en cuenta que todas las personas podemos tener un día significativo, en un lugar diferente o en el lugar de siempre. Tan solo hace falta escuchar la llamada y salir a disfrutar de las nuevas aventuras que nos depara la vida… ¡Adelante gente aventurera!