El coche eléctrico ya forma parte de la vida diaria de miles de conductores. Su promesa es clara: menos emisiones, más sostenibilidad y, en teoría, un coste más bajo por kilómetro que un coche de combustión. Sin embargo, la realidad cambia cuando llega el momento de recargar en carretera. Los precios elevados en los puntos de carga rápida hacen que muchos se pregunten: ¿cómo puedo ahorrar al cargar mi coche eléctrico sin renunciar a la comodidad?
Cargar el coche en carretera sale caro
Hoy en día, cargar un coche eléctrico en carretera puede costar casi lo mismo que repostar un diésel eficiente. En algunos casos, incluso puede ser más caro.
El problema no está en la tecnología, sino en el precio: mientras que en casa, con tarifas valle o energía solar, el coste por kilómetro es muy competitivo, en carretera se dispara. Esto genera frustración en los conductores, que sienten que la promesa de ahorro del vehículo eléctrico se diluye cada vez que hacen un viaje largo.
La propuesta de valor es compartir cargadores domésticos para ahorrar
La solución puede estar en la economía colaborativa. Así como BlaBlaCar revolucionó la forma de viajar compartiendo coche, una nueva aplicación podría permitir compartir cargadores domésticos entre conductores.
Los beneficios serían múltiples:
- Para el conductor: ahorrar al cargar su coche eléctrico pagando menos que en carretera.
- Para el propietario del cargador: generar ingresos pasivos con su instalación.
- Para el planeta: fomentar un modelo más sostenible, sobre todo si se combina con energía solar.
Además, hay claras oportunidades de diferenciación como integrar energía solar doméstica, ofreciendo electricidad verde y barata, permitir planificar rutas con paradas en cargadores compartidos, crear comunidades locales de carga en barrios y urbanizaciones, o gamificar el proceso premiando a los anfitriones más activos y a los conductores frecuentes.
En resumen, compartir cargadores convierte un problema en una oportunidad: el de crear una red descentralizada y colaborativa que abarata los costes de la movilidad eléctrica.
Retos principales de esta solución
El camino no está exento de desafíos:
- Logística y confianza: asegurar que el cargador esté disponible y funcione correctamente.
- Legalidad: en algunos países, la reventa de electricidad está regulada; habría que enfocar el servicio como alquiler del cargador y del espacio.
- Seguridad: garantizar que las instalaciones sean homologadas y contar con seguros frente a posibles incidencias.
- Tecnología: desarrollar una app intuitiva con geolocalización, reservas, pagos seguros y reseñas que generen confianza.
Conclusión
Si el reto de la movilidad eléctrica es el precio de la carga en carretera, la solución puede estar en la colaboración entre usuarios. Compartir cargadores domésticos es una forma inteligente de ahorrar al cargar un coche eléctrico, generar ingresos extra y apostar por una movilidad más sostenible.